Sala 6 – SILVER GHOST
Sala 6: SILVER GHOST
Este solemne pabellón que aúna piedra y mecánica, tradición e innovación acoge un espectacular conjunto de coches de la mítica serie Silver Ghost, responsable de la temprana reputación de la firma británica. El originalmente denominado “Rolls-Royce 40/50 HP” causó sensación en el Salón Olympia de Londres de 1906 por su suavidad, flexibilidad y, sobre todo, por su fiabilidad. A lo cual habría que añadir el desarrollo de insólitas velocidades, superiores a los cien kilómetros por hora.
El chasis número 13 daría el nombre a toda la serie, no tanto por el color plateado de la carrocería como por el silencio de su funcionamiento. El “Silver Ghost” –un seis cilindros en chasis de cuatro asientos- entró en la historia en julio de 1907 tras completar una prueba de fiabilidad y resistencia entre Glasgow y Londres. El coche la superó ampliamente al completar un recorrido de 23000 km en cuarenta días sin sufrir ninguna avería, algo insólito para la época. La prensa cimentó su leyenda nombrándolo “el mejor coche del mundo” y adoptando el que sería su nombre definitivo.
A la fiabilidad de su mecánica hay que añadir la versatilidad de su motor. El sólido chasis del Silver Ghost podía ser adaptado a todo tipo de carrocerías. Desde las lujosas berlinas de largos chasis hasta los modelos deportivos participantes en duras pruebas, pasando por los designados como “Rolls-Royce Armoured Cars” o coches blindados. Estos singulares vehículos de combate, diseñados en 1914 para su uso en el desierto, disponían de más caballos de potencia, de carrocería blindada y de torreta para la ametralladora. Su buen comportamiento en territorios inhóspitos hizo afirmar a Lawrence de Arabia que “en el desierto, un Rolls está por encima de cualquier (otra) joya”.
La fuerte demanda americana de este modelo motivó la apertura en 1921 de la única fábrica radicada fuera de suelo inglés, con una producción de 1703 unidades. El famoso chasis número trece plateado fabricado en Inglaterra y firmado por Barker, el AX 201, destinado originalmente a campañas publicitarias, está considerado hoy como uno de los coches más caros del mundo. El actual propietario Bentley lo utiliza para celebraciones benéficas y oficiales.
Acompaña a estas joyas el vehículo más antiguo de toda la colección, un Allen Runabout de 1899 del que posiblemente sólo queden tres ejemplares. Tras su apariencia de carruaje –ni siquiera posee un volante- se esconde una sorprendente mecánica. Está equipado con un único cilindro que transmite la potencia a las ruedas traseras por cadenas, lo que le permite alcanzar 20 Km/h.